París
París
Como decía Humphrey Bogart al final de la película Casablanca, siempre nos quedará París. Y de hecho, la capital de Francia es uno de esos destinos de vacaciones que siempre tienen algo nuevo y sorprenderte que ofrecer al viajero.
Uno de los lugares que hay que ver en París, la Ciudad de la Luz, es la catedral de Notre Dame, una obra maestra del arte gótico, pese al aparatoso incendio que la destruyó parcialmente en 2019. Siguiendo por la orilla del Sena, se alcanza el Hôtel national des Invalides, bajo cuya cúpula dorada descansan los restos de Napoleón. Desde allí, se puede acceder al Campo de Marte, un parque eternamente vigilado por los más de 300 m de altura de la Torre Eiffel, el gran icono de la ciudad y de Francia.
Tampoco hay que perderse el bohemio barrio de Montmartre, famoso por sus cafés, la plaza de Tertre, siempre repleta de pintores callejeros, y la basílica del Sacré Cœur, ubicada sobre una colina de 130 m. Lo mismo podría decirse del Arco de Triunfo, cuyas paredes resumen las campañas napoleónicas, o del obelisco que preside la plaza de la Concordia, traído de Luxor.
Los museos de París son otro de los grandes reclamos de la capital gala. Además del Louvre, las calles parisinas también dan cabida al Museo de Orsay, dedicado a los maestros del modernismo; al Museo Picasso y al Centro Pompidou, que destaca tanto por la estética de su fachada como por sus interesantes exposiciones de arte contemporáneo.
Tampoco faltan las opciones para hacer excursiones desde París. Por ejemplo, se pueden visitar el palacio y los jardines de Versalles y, si se va a viajar a París con niños, volver a la infancia en Disneyland París.
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