Cruceros
Pasar unas vacaciones en un crucero es una de las opciones favoritas para muchos, hasta el punto de que algunos viajeros no conciben otra manera de pasar unos bien merecidos días de descanso. No obstante, también hay quienes no se deciden a disfrutar de la comodidad de un hotel flotante.
En cualquier caso, quienes están en este segundo grupo no siempre conocen todas las ventajas de hacer un crucero. Entre ellas, destaca su buen precio. Si se tiene en cuenta que en él se incluyen el desplazamiento, el alojamiento en pensión completa, lo cierto es que el importe final del viaje resulta muy barato.
Otra de los puntos fuertes de los cruceros es que no exigen ninguna planificación previa por parte del cliente. Puede parecer una paradoja el estrés que supone ocuparse de reservar alojamiento en todas las ciudades que se visitan u organizar excursiones, especialmente si lo que se busca es un viaje de placer. En los cruceros, todos estos aspectos están solucionados. Incluso, se proponen tours y salidas en los destinos en los que el barco hace escala.
Tampoco hay que olvidarse de las posibilidades de conocer gente de todo el mundo, participando en las actividades que se organizan a bordo, como las clases dirigidas en el gimnasio o las cenas de gala. Por supuesto, también es posible desconectar en solitario: en la piscina, yendo de compras o, sencillamente, gozando de unas vistas únicas desde la cubierta.
A esto habría que sumar otra ventaja: la posibilidad de conocer varias ciudades o países en unos pocos días. En el caso de nuestros cruceros por el Mediterráneo, operados por navieras líderes como MSC o Costa Cruceros, los pasajeros desembarcarán en destinos urbanos de referencia, como Valencia, Barcelona, Marsella, Génova, Savona, Roma, Malta… Incluso, también es posible relajarse en la Costa Esmeralda, uno de los destinos más exclusivos de la isla de Cerdeña, en Italia.
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