Ya es más que sabido que existen diversas formas de clasificar a los países. Hay algunas que son más comunes que otras, pero la realidad es que los grupos de naciones que se pueden formar a través de estas divisiones son realmente numerosos y diversos entre sí. Algunos ejemplos de estas maneras de agrupar a los estados que existen en el planeta se vinculan con su desarrollo, su clima, su economía, su relieve, su cantidad de población, su régimen político y, como no podría ser de otra forma, su tamaño.
En esta ocasión en particular, trataremos especialmente los países más pequeños del mundo. Antes que nada, es fundamental considerar que estos destinos podrían pasar desapercibidos en el mapa, debido a su reducido territorio, pero sin lugar a dudas todos y cada uno de ellos guardan un encanto especial.
Asimismo, no podemos dejar de mencionar que estas diminutas naciones parecen todavía más reducidas en contraposición con países de dimensiones exageradas (que incluso los asemejan con continentes), como por ejemplo Estados Unidos, Brasil, Rusia, India y China.