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Con cerca de 12 millones de turistas y 33 millones de pernoctaciones anuales, Barcelona es una de las ciudades más visitadas del sur de Europa. Situada entre el Mediterráneo y la sierra de Collserola, esta urbe de 1,6 millones habitantes y con más de dos milenios de historia es un auténtico museo al aire libre que también destaca por sus infinitas opciones de ocio y su deliciosa gastronomía. Con nuestras ofertas de vacaciones en Barcelona, podrás recorrer la capital de Cataluña cuando quieras y como quieras, a precios de lo más tentador.
¿Hacemos las maletas?
En la mayoría de casos, lo más rápido y cómodo es viajar a Barcelona en avión. Son muchos los vuelos que llegan diariamente al aeropuerto de Barcelona-El Prat, el segundo con mayor volumen de pasajeros de España. Desde allí, se puede alcanzar fácilmente la ciudad, situada a 16 km, en transporte público: en bus (46, N16, N17 y N18), bus lanzadera hasta la plaza de Catalunya, metro (L9 Sud) y tren (línea R2 Nord de Rodalies Renfe). Lo más rápido es ir del aeropuerto al centro en taxi (el precio de la carrera es de unos 40 euros).
También es posible llegar a Barcelona en barco, ya sea a bordo de alguno de los cruceros por el Mediterráneo que operan durante todo el año o bien en ferry desde la isla de Mallorca (las compañías Trasmediterránea y Baleria ofrecen este servicio).
Otra buena opción es desplazarse a Barcelona en tren. En el caso de los viajes de larga distancia, el recorrido acaba en la estación de Sants, la segunda estación más concurrida a nivel estatal después de la de Atocha, en Madrid. Hasta allí llegan trenes regionales, nacionales e internacionales, incluyendo los de alta velocidad (Euromed y AVE). En este último caso, el viaje desde Madrid se sitúa en 2,5 horas, y el que se inicia en París, en unas 6 horas.
Otra opción es ir a Barcelona en autobús. Hay numerosas compañías de autobuses, como ALSA, que parten de otras localidades españolas u otras ciudades europeas, como Londres, Bruselas o París. De Madrid a Barcelona, el trayecto dura unas 8 horas. Las principales estaciones de bus son la del Nord, la de Sants y la de Fabra i Puig, todas ellas con conexiones de tren y metro.
Así mismo, es posible llegar a Barcelona en coche privado, tomando la AP-7 o autopista del Mediterráneo (de pago hasta Tarragona), la carretera nacional N-II u otras muchas vías de comunicación. No obstante, hay que tener en cuenta que no resulta fácil aparcar en Barcelona.
El clima de Barcelona es mediterráneo, con inviernos suaves y relativamente lluviosos y veranos calurosos y soleados, con una humedad ambiental más bien alta. La temperatura media mensual va de los 9 °C en enero, el mes más frío, y los 24,5 °C en agosto, el más caluroso. De ahí que cualquier fecha sea ideal para regalarse unas vacaciones en Barcelona.
Debido a la ubicación de Barcelona en la costa este de España, las lluvias son escasas. En este sentido, hay que subrayar que los vientos del Atlántico proceden del oeste, por lo que, cuando llegan a la ciudad, ya han descargado las precipitaciones en las regiones occidentales y del interior de la península ibérica. La lluvia se suele concentrar en el otoño y primavera. Por lo general, la precipitación anual se sitúa en torno a los 620 mm, con un máximo de 100 mm en octubre, cuando llueve durante unos siete días. Julio es el mes más seco, con solo 20 mm. En verano, las lluvias no son habituales, pero por la tarde pueden producirse tormentas.
Uno de los lugares que no hay que ver en Barcelona es su casco antiguo. En él se halla el barrio Gòtic, con monumentos como la catedral, erigida entre los siglos XIII y XV y con una fachada neogótica, o la iglesia de Santa María del Pi, embellecida con un espectacular rosetón gótico, y que fue el edificio más alto de la ciudad hasta el siglo XIX. También merecen una visita la plaza del Rei, una de las pocas que conservan su trazado medieval, y en cuyo subsuelo pueden admirarse los restos de la Barcino romana; la plaza de Sant Jaume, que alberga el Ayuntamiento y la Generalitat de Catalunya; la evocadora plaza de Sant Felip Neri, en la que Antoni Gaudí asistió a su última misa, y el antiguo barrio judío o Call, que acoge una casa romana y una de las sinagogas más antiguas de Europa.
En el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, también perteneciente al distrito de Ciudad Vella, encontramos el Palau de la Música Catalana, un referente del modernismo proyectado por Lluís Domènech i Montaner, y la basílica de Santa Maria del Mar, construida entre 1329 y 1383 e hito del gótico catalán. Junto a la misma, se despliega el monumento del Fossar de les Moreres, que recuerda a los catalanes que murieron durante el asedio de Barcelona en 1714, durante la guerra de Sucesión. A poca distancia, se puede visitar gratuitamente El Born Centre de Cultura, con vestigios de un barrio del siglo XVIII ubicados en los cimientos de un antiguo mercado. Muy cerca, abre sus puertas el Museo Picasso, que reúne 3.500 obras del genial artista malagueño.
Ciutat Vella también da cabida a uno de los lugares más atractivos y populares de Barcelona: Las Ramblas, un paseo ubicado entre la plaza de Catalunya y el puerto de Barcelona. En sus aceras se pueden encontrar cafeterías, quioscos, puestos de venta de flores, museos, estatuas humanas, pintores, mercadillos, el Teatro del Liceo, el mercado de La Boqueria o de Sant Josep, los pórticos de la plaza Reial y otros muchos reclamos que le han valido a esta pintoresca calle recibir los halagos del mismísimo Federico García Lorca. Al otro lado de Las Ramblas, se halla el barrio del Raval, donde es posible admirar el impresionante Palau Güell, una de las primeras creaciones de Gaudí, el antiguo hospital de la Santa Creu o el monasterio de Sant Pau del Camp, el principal ejemplo de arquitectura románica que se conserva en este municipio.
Otro lugar que hay que conocer en Barcelona es la montaña de Montjuïc. Presidida por el castillo de Montjuïc, cuenta con jardines como los de Mossèn Costa i Llobera, Joan Maragall, Joan Brossa y Laribal. También exhibe algunos de los escenarios que albergaron los Juegos Olímpicos de 1992, como el Estadio Olímpico Lluís Companys, el Palau Sant Jordi y las piscinas Bernat Picornell. Entre los museos que hay en Montjuïc, habría que citar el Museo Nacional de Arte de Cataluña, depositario de la colección de pintura románica más importante del mundo; la Fundación Joan Miró, el CaixaFòrum, el Museo de Arqueología de Cataluña, el Museo Etnológico y de Culturas del Mundo, el Museo Olímpico y del Deporte y el Poble Espanyol, un recinto con talleres de artesanía, restaurantes, reproducciones de edificios emblemáticos de toda España y hasta un tablao flamenco que abre por la noche.
Otro lugar de interés en Barcelona es el parque de la Ciutadella. Con una superficie de más de 17 hectáreas y emplazado en los terrenos ocupados por una fortaleza militar entre 1716 y 1868, fue el marco donde se celebró la Exposición Universal de 1888. Entre sus mayores alicientes, descuellan el Palacio del Gobernador, la sede del Parlament de Catalunya, la escultura El Desconsol, de Josep Llimona, y el zoo de Barcelona. No muy lejos de allí, se alza el icónico Arc de Triomf, de factura neomudéjar.
Sea como fuere, la atracción estrella de Barcelona es, sin duda, la Sagrada Familia, obra cumbre de Gaudí y uno de los elementos más reconocibles del skyline barcelonés. Tras su finalización, prevista para 2026, será la segunda iglesia más grande del mundo después de la de San Pedro del Vaticano, en Roma. Otras obras gaudinianas de Barcelona, son el Park Güell, un proyecto de ciudad jardín inconcluso; la Casa Vicens, en la calle de las Corolines, La Pedrera (o Casa Milà) y la Casa Batlló, estas dos en el paseo de Gràcia. Todas ellas forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, una distinción que también posee el Recinto Modernista de Sant Pau, próximo a la Sagrada Familia.
Uno de los grandes reclamos de Barcelona son sus 10 playas urbanas y zonas de baño, que ocupan una extensión aproximada de 5 km. Mencionadas de norte a sur, se trata del área de baño del Fòrum y las playas de Llevant, Nova Mar Bella, Mar Bella, Bogatell, Nova Icària, Somorrostro, Barceloneta, Sant Miquel y Sant Sebastià. Todas ellas están perfectamente comunicadas en transporte público con el centro de la ciudad y disponen de todos los servicios para disfrutar del sol y el mar durante tus vacaciones en Barcelona.
También frente al Mediterráneo, podrás descubrir sin prisas el Puerto Olímpico y la Villa Olímpica, levantados con motivo de la cita olímpica de 1992. Tras este evento, el lugar dio paso a un espacio repleto de restaurantes, bares de moda y discotecas, si bien el Ayuntamiento barcelonés baraja el cierre de algunas de ellas en breve. Dos de las principales enseñas de este punto de Barcelona son el Hotel Arts y la Torre Mapfre, los dos rascacielos más altos de la ciudad (154 m). En la misma zona, se hallan la escultura El Peix d’Or, de Frank Gehry, y el Gran Casino de Barcelona.
Por otro lado, Barcelona es también una capital cultural de primer orden, gracias a sus cerca 30 cines y casi 40 salas de teatro. Por otro lado, la Ciudad Condal también cuenta con el Parque de Atracciones del Tibidabo, uno de los más antiguos de Europa, y en el que funcionan algunas atracciones prácticamente centenarias, como La Talaia o L’Avió. De ahí que sea una propuesta perfecta para niños y adultos.
Barcelona es también un destino inmejorable para practicar deportes al aire libre. Además de sus incontables gimnasios e instalaciones deportivos, como el citado Puerto Olímpico, o la posibilidad de hacer parasailing o paseos en cayac o en moto acuática en las playas de Barcelona, el Parque Natural de Collserola es un lugar de visita obligada para los aficionados al senderismo. De todos modos, no es la única opción, ya que desde la iglesia de Sant Jaume parte un nuevo tramo del Camino de Santiago hasta Montserrat, donde se enlaza con el Camino Catalán. Además, desde la primavera de 2018, esta parroquia es el punto de llegada de la Vía Marina, una nueva ruta jacobea que conecta Sarrià de Ter (Girona) con la capital catalana.
En cualquier caso, unas vacaciones en Barcelona nunca estarán completas sin probar las delicias de la cocina catalana, considerada como una de las mejores del mundo. Entre los más de 7.400 bares y restaurantes que hay en Barcelona, casi una treintena cuentan con alguna estrella Michelin (uno de ellos, el Lasarte, de Martín Berasategui, ha sido distinguido con 3 estrellas). No menos recomendable es reservar mesa en algunas de las tradicionales marisquerías de la Barceloneta, especializadas en platos de arroz y pescado fresco, o sus tabernas de toda la vida. En una de ellas, La Cova Fumada, se inventaron las archiconocidas bombas de La Barceloneta. Otras materias primas que hay que probar son el pollo y las alcachofas de El Prat de Llobregat, así como platos típicos como los canelones Rossini o las habas a la catalana.
Desde el centro de la ciudad, también se pueden hacer salidas y excursiones a lugares como La Roca Village, un centro comercial de outlets y tiendas de moda idóneo para hacer compras en Barcelona. También se organizan excursiones a otros puntos de Cataluña, como el Teatro-Museo Dalí de Figueres (Girona). Asimismo, recomendamos tomar en plaza de Espanya un tren (Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya) hasta la vecina localidad de Santa Coloma de Cervelló. Allí podrás recorrer la Colònia Güell, que acoge una cripta diseñada por Gaudí y que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Dentro de lo que hay que hacer en Barcelona, no podría faltar una alusión a los eventos y fiestas de Barcelona. Además de su fiesta mayor, la de la Mercè, algunos barrios también organizan acontecimientos como las fiestas de Gràcia o las de Sants, famosas por sus calles decoradas. También hay grandes ferias y muestras dedicadas a empresas y profesionales, como el Mobile World Congress, que se lleva a cabo anualmente a finales de febrero, o deportivos, como el Torneo Conde de Godó de Tenis o los partidos de la Liga de fútbol y la Champions League que disputa el FC Barcelona en el Campo Nou, cerca de la avenida Diagonal.
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