Conocido por los historiadores por ser el bastión árabe hasta la toma final del poder en 1492 por Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, Granada es hoy universalmente conocida como una de las ciudades más bellas de Andalucía.
El orgullo de la ciudad es su talento artístico y su patrimonio cultural, con edificios como la Alhambra, el Genralife o los barrios históricos como el Albaicín, los últimos testigos de la grandeza de la época nazarí. Un capítulo aparte merece la Catedral Metropolitana de la Encarnación, un edificio de estilo renacentista que data del siglo XVI.
La forma más rápida de llegar a Granada es por avión. La ciudad tiene el Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén, que está a unos 15 km. Una vez que hayas aterrizado tienes varias opciones para llegar al centro. La manera más fácil y económica de llegar a la ciudad es sin duda el autobús. Al salir del aeropuerto (que es muy pequeño y desde luego no corres el riesgo de perderte), se encuentra la parada del autobús. El horario de autobuses está vinculado a la aeronave, por lo que apenas tendrás que esperar. En unos 40 minutos y por un coste muy reducido te encontrarás en el centro de Granada.
Si no tienes problemas de presupuesto y prefieres una mayor comodidad, una solución alternativa es tomar un taxi que te llevará directamente al hotel.
Y una vez en la ciudad no tendrás nada más que hacer que salir a explorar la ciudad. A nivel internacional es reconocida como una de las más bellas del mundo. Así que dirígete a la Alhambra y al Generalife para revivir el ambiente de las mil y una noches árabes y disfrutar al menos un par de horas caminando por las calles del Albaicín. También podrás rendir homenaje a los Reyes Católicos en la Capilla Real de Granada, junto a la Catedral. Tampoco debes perderte el Monasterio de San Jerónimo y el Monasterio de la Cartuja, la Iglesia de Santa Ana y el Recinto del Carbón.