Se trata de una ciudad joven, siendo una de las más carismáticas en Europa. Es la capital de Bélgica, sede del Parlamento Europeo. Existen vuelos económicos que te llevan hasta la ciudad, y son un incentivo para ver barrios llenos de arquitectura moderna, visitar tiendas del centro o sentarse a mirar la Grand Place, siendo ella la plaza central de la ciudad, patrimonio de la humanidad desde 1998.
Consejo: alquila una bicicleta, te acerques a conocer el Museo Magritte y recuperes fuerzas en alguna de la cantidad de cafeterías que hay, aunque nunca está de más una buena cerveza belga.